Muchas veces en el ambiente futbolístico, los éxitos se asocian únicamente a la cantidad de torneos ganados, copas obtenidas y recaudaciones, pues en este artículo vamos a demostrar todo lo contrario, ya que para los hinchas velezanos ser primeros significa también estar presente en los grandes acontecimientos del deporte.
La mejor manera de empezar es recordando que un día 7 de diciembre de 1928 se disputó el primer partido de futbol nocturno, con iluminación eléctrica del país. Esto sucedió en la vieja cancha de madera del Club Atlético Vélez Sarsfield, conocida popularmente como “El Fortín de Villa Luro” ubicada en la calle Basualdo 436. Esto ocurrió durante la presidencia del Sr. Enrique D’ Elías, aquella noche se enfrentaron el seleccionado olímpico, que ese año se había clasificado subcampeón detrás de Uruguay, en los juegos Olímpicos de Ámsterdam, Holanda y un combinado local, triunfando los primeros por tres goles a uno.
En ese mismo año Vélez contrató al primer entrenador de equipos, Luis Martin Castellano, un profesor de Educación Física que provenía del Club All Boys, fue para evitar el descenso y lo consiguió, a partir de ese momento los dirigentes de la Asociación Amateurs Argentina de Fútbol entendieron que esa experiencia debía replicarse en los seleccionados nacionales, de ese modo se inició la contratación de técnicos. Estos ejemplos nos sirven para comprender una frase muy utilizada en la actualidad, cuando al mencionar a Vélez se lo presenta, como “El primero en ser un gran Club”.
En relación a ello tengamos en cuenta que a principios del siglo veinte, las prácticas deportivas eran un privilegio de las clases acomodadas, ya que disponían de mucho tiempo libre y dinero en abundancia para disfrutarlo. A diferencia de los sectores populares que solo tenían derecho a cumplir con sus obligaciones laborales, trabajando de sol a sol, en jornadas extenuantes por bajos salarios. Esta situación de explotación condenaba a los trabajadores a la escasez, la inseguridad y casi siempre a la miseria, la falta de tiempo y de recursos materiales determinaba lógicamente, su exclusión de estas actividades, frente a esta injusticia social nacían los clubes de barrio a partir del esfuerzo épico de sus asociados.
Al respecto tenemos que mencionar lo que sucedió posteriormente, durante la primera presidencia de Perón (1946-1952) ya que se promovió con una política de Estado, el desarrollo de la cultura física en la sociedad, el crecimiento de las instituciones deportivas y la participación de la población en la vida cultural. Fue mediante los préstamos y subsidios económicos otorgados a muchos clubes, aproximadamente 200 millones de pesos, todos ellos con facilidades de pago, así se impulsó el desarrollo de distintas disciplinas no tradicionales, creando la infraestructura necesaria para su práctica. Del mismo modo se construyeron estadios de fútbol y otras obras en nuestra ciudad, por ejemplo: el Autódromo en Villa Riachuelo, el Velódromo en Palermo, la Ciudad Infantil y la Ciudad Estudiantil en Belgrano. Además podemos citar la creación del Anfiteatro Martin Fierro, más conocido como Teatro del Lago, en la ciudad de La Plata, a fin de democratizar la cultura, con el desarrollo de espectáculos artísticos al aire libre.
Al mismo tiempo podemos agregar el surgimiento de los Campeonatos Infantiles de Fútbol, creados en 1948 por iniciativa de la Fundación Eva Perón. Estos torneos juveniles sirvieron además para realizar un examen médico preventivo a los participantes, combinando de esa manera las actividades físicas junto a los controles de salud para la detección precoz de enfermedades. La influencia de un gran médico sanitarista y docente universitario en todo esto fue notable, me refiero al Dr. Ramón Carrillo, el primer Ministro de Salud Pública de la Nación, puesto que permitió al Estado, de forma sencilla, tomar contacto con el estado de salud de muchos niños y adolescentes que en algunos casos tuvieron por primera vez, un chequeo médico completo. Fruto de estas competencias nacieron nuevos clubes, entre ellos Sacachispas Futbol Club (17 de octubre de 1948), el Club Atlético Atlas (17 de agosto de 1951) y el Club Social y Deportivo 9 de Julio (8 de octubre de 1954), actual Club Social y Deportivo Merlo. Con la entrada en vigencia de la Constitución Nacional de 1949 el deporte es incorporado entre otros derechos sociales, al ser considerado una herramienta de inclusión y promoción social, de tal forma los atletas fueron considerados como embajadores deportivos, porque eran el símbolo de una nueva argentina que emergía como potencia, aquella de la movilidad social e igualdad de oportunidades.
Un 3 de septiembre de 1950 se inauguró la cancha de Racing, siendo bautizada con el nombre oficial de Estadio Presidente Perón, al que muchos conocen como el “Cilindro de Avellaneda”. La gestión realizada por el entonces Ministro de Hacienda el Dr. Ramón Antonio Cereijo, un reconocido hincha de la Academia (egresado de la UBA, donde se graduó con diploma de honor como Contador Público, después de Actuario y finalmente obtuvo el Doctorado en Ciencias Económicas, en 1954 fue nombrado decano de esa facultad) resultó trascendental, recordemos que durante su gestión se profundizó la intervención estatal en la economía desarrollando un importante plan de obras públicas y se logró pagar completamente la deuda externa, logrando así la independencia económica, una herramienta fundamental para poner en práctica la justicia social y ejercer la soberanía política.
La suma de dinero otorgada ascendió a un total de 16 millones de pesos, la construcción estuvo a cargo de la empresa Compañía General de Obras Públicas (GEOPÉ) la misma que intervino en la construcción de la cancha de Vélez. El día de la inauguración se encontraban presentes el Presidente Perón junto a su esposa María Eva Duarte y el Dr. Ramón Antonio Cereijo, allí se enfrentaron Racing y Vélez, triunfando los primeros por uno a cero, con un gol convertido en offside por Llamil Simes, esto ocurrió al finalizar el partido.
En el año 1950 nuestro país organiza el primer campeonato mundial de Básquetbol, el torneo fue denominado Libertador General San Martín, dado que fue parte de las conmemoraciones oficiales por el centenario de su fallecimiento. La selección nacional llegó invicta a la final y derrotó en el Luna Park a Estados Unidos por 64 a 50 .Entre los días 25 de febrero y 9 de marzo de 1951 se desarrollaron en la Argentina los primeros juegos panamericanos, con la participación de 19 países. El estadio Presidente Perón acogió la ceremonia inaugural; al finalizar los mismos los atletas argentinos obtuvieron un total de 154 medallas, superando ampliamente a Estados Unidos quien quedó en segundo lugar con 98 condecoraciones.
El 22 de abril de 1951 un sueño se convirtió en realidad, fue cuando Vélez inauguró su nuevo estadio de cemento, ese día enfrentamos a Huracán al cual vencimos por dos a cero con goles de Raúl Nápoli. El Dr. Ramón Antonio Cereijo dio el puntapié inicial del partido, quien se encontraba acompañado en el campo de juego, por el presidente de Vélez, Don “Pepe” Amalfitani. En cuanto a eso recordemos que en el año 1947 Vélez recibió a través del Banco Hipotecario Nacional, un préstamo de 1.500.000 pesos y que en 1948 fue ampliado a $4.500.000 por los costos que demandaba la obra. Los trabajos continuaron después con mucha intensidad en la sede social, en 1954 Vélez inauguró su pileta olímpica, la primera del país, de 50 metros de largo y 18 de ancho, con una torre para saltos ornamentales conformada por trampolines de uno, cinco y diez metros de altura, dos piletas auxiliares, cancha de waterpolo, iluminación, más una tribuna para dos mil espectadores, de ese modo la natación llegaba a toda la zona oeste de la Capital Federal y del gran Buenos Aires, con lo que se incrementó la cantidad de socios. Estos logros recibieron el aplauso unánime de la prensa deportiva, vale destacar que en 1962 se realizó allí el XVI Campeonato Sudamericano de Natación.
Una figura tal vez un poco olvidada, que de alguna manera incidió en el desarrollo de estos acontecimientos, fue la del Teniente Coronel Aníbal Francisco Imbert, quien era cuñado de Amalfitani. Tengamos en cuenta que luego del golpe de Estado del 4 de junio 1943 que derrocó al gobierno conservador de Ramón Castillo (el último de la llamada década infame, aquella que estuvo marcada por el fraude electoral o patriótico y la corruptela política) asume la dirección de Correos y Telégrafos, a fin de ejercer el control y hacer cumplir la legislación en torno a la radiodifusión del país. De esa forma comenzó a tener una relación directa con las nuevas autoridades nacionales, en donde empezaba a asomar el liderazgo, del entonces Coronel Perón. Si bien Vélez se benefició como entidad deportiva durante el gobierno Peronista, su presidente Don “Pepe” Amalfitani tomó la decisión de no embanderar al club con símbolos políticos partidarios, a diferencia de otros clubes que si lo hicieron y terminaron pagando las consecuencias más tarde, con la llegada al poder de la Revolución Libertadora.
El 9 de mayo de 1951 la Selección Argentina enfrentó en un partido amistoso a Inglaterra, fue en el estadio de Wembley, allí comenzamos ganando pero finalmente perdimos por dos a uno, con el último gol inglés, el que les dio la victoria, en posición adelantada. El encuentro quedo grabado en la memoria y el corazón de los hinchas, porque ese día estuvimos a punto de quitarles el invicto y nada menos que en la catedral del futbol mundial, con aquella brillante actuación de Rugilo que lo convirtió en un héroe popular. Esta situación llevó al periodista deportivo Luis Elías Sojit a bautizar al arquero velezano, con el apodo de “El León de Wembley”.
A dos meses de ese partido histórico, un 9 de julio de 1951 se inauguraron las instalaciones del Club Atlético Sarmiento de Junín, fundado un 1 de abril de 1911. En relación a ello podemos decir que el campo de juego tenía a su alrededor una pista de atletismo y en lo que respecta al estadio, que fue edificado íntegramente en hormigón, siendo el primero en llevar el nombre de una mujer, Eva Perón, quien fue vecina de Junín y abanderada de la justicia social. Todo esto fue posible gracias a los préstamos otorgados por el gobierno, por un total de $2.400.000.
Los festejos duraron tres días seguidos, arrancando el sábado 7 de julio con competencias atléticas para finalizar el lunes 9 de julio. En estas jornadas estuvieron presentes autoridades nacionales, provinciales, municipales y directivos de la institución. El cierre del evento contó con una doble jornada futbolística, en donde se enfrentaron primero los equipos de Sarmiento y Vélez, con el triunfo de la escuadra velezana por cinco a cero, a continuación fue el turno de River Plate y Racing Club que empataron en tres goles.
Los directivos de Sarmiento consideraron de gran importancia la presencia de Vélez, en ese sentido el diario La Verdad expresaba en su edición del miércoles 11 de julio de 1951 lo siguiente: “De por sí el solo anuncio de la actuación de la primera escuadra futbolística de esta institución constituye en cualquier escenario del interior del país, una atracción especialísima. A ello se suma la ubicación preponderante que Vélez ocupa actualmente en la tabla de posiciones del campeonato de fútbol profesional y por si ello no fuera suficiente la posibilidad de ver la actuación de los juninenses Ruiz, Mallegni, Nápoli y Zubeldía, valores que promueven los mas elogiosos comentarios de la prensa especializada de la Capital Federal “.
Resulta necesario aclarar que Zubeldía no integró el equipo, por encontrarse lesionado, nacido en Junín se formó como jugador en el Club Atlético Buenos Aires al Pacífico de esa localidad, para luego pasar a Vélez y salir subcampeón en 1953, más adelante se destacó como director técnico en Estudiantes de La Plata, revolucionando al fútbol mundial con nuevas tácticas, formando un equipo que se caracterizó por su solidaridad colectiva, considerado un gran descubridor de talentos, su discípulo directo fue el Dr. Carlos Salvador Bilardo, quien continuó su legado a nivel nacional e internacional. Zubeldía además dirigió a varios equipos del país, entre ellos a Vélez en la década del setenta y finalmente en Colombia, con el Atlético Nacional de Medellín donde salió campeón dos veces, allí falleció en 1982 a los 54 años de edad.
Evidentemente existe una relación muy especial entre Vélez y la ciudad de Junín, tengamos presente la transferencia del jugador Agustín Cosso realizada en 1933 desde Sarmiento a nuestro club, donde se convirtió en un gran goleador, al convertir 102 tantos o el nacimiento en ese lugar, del Foot ball Club Defensa un 6 de octubre de 1925, hoy Club Atlético Villa Belgrano. Una entidad que luce en sus camisetas la V azulada desde el año 1929 un dato más que interesante para los historiadores velezanos.
A todo esto tenemos que añadir que el estadio José Amalfitani fue testigo de todo tipo de eventos, marcando de ese manera la presencia de Velez en los mimos, es que al estar ubicado en una zona estratégica de la ciudad, en cercanía de varias avenidas, la autopista y el tren que facilitan el acceso de los espectadores, se convirtió en el escenario ideal para el público. En ese sentido podemos citar algunos de ellos: en el año 1969 se enfrentaron allí el Santos de Pelé con Vélez, ese día estuvieron presentes en el campo de juego, el rey Pelé junto al famoso cordobés, Daniel Willington, disputando un partido amistoso, en ocasión de la inauguración del primer sistema lumínico de esta cancha, luego fue el turno del Mundial 78 y más tarde la Copa Mundial de Fútbol Sub 20 disputada en el transcurso del año 2001. Del mismo modo el boxeo colmó sus instalaciones, con la presencia del campeón del mundo Maravilla Martinez combatiendo por la categoría mediano, frente al inglés Martin Murray en el 2013. Más allá de lo deportivo, una gran cantidad de actividades artísticas dejaron su huella sobre su césped, desde los nostálgicos y masivos bailes de carnaval, hasta aquel recital memorable de la banda británica de rock Queen en 1981 que fue acompañada por la presencia de un ídolo del futbol mundial, Diego Armando Maradona, quien subió al escenario luego de ser presentado por el cantante Freddie Mercury o en lo espiritual, cuando un 10 de abril de 1987 el entonces Papa Juan Pablo II ofició una misa frente a 55.000 personas. En la actualidad este hecho es recordado mediante la presencia de una capilla, que lleva su nombre, ubicada debajo de la tribuna popular oeste. Por último tenemos que destacar que sus instalaciones sirvieron además para la realización de una gran cantidad de actos políticos.
Esta crónica histórica nos muestra por un lado la función de un Estado presente, en el marco de una comunidad unida y organizada, brindando ese apoyo tan necesario para el desarrollo del deporte junto a la cultura y por otro nos señala el rol que cumplen los clubes de barrio, todos ellos construidos sobre una base de principios solidarios, el compañerismo y la amistad. Es que partir del compromiso comunitario y el trabajo vecinal surgió un nuevo paradigma social y político, que llevó también al nacimiento de otras organizaciones a lo largo y ancho del país, entre las cuales podemos mencionar a las sociedades de fomento, los cuarteles de bomberos voluntarios, las cooperativas, etc. Sin lugar a dudas la presencia de Vélez en estos acontecimientos no es casualidad, evidentemente existen causas asociadas al prestigio ganado a través del tiempo, producto de su trabajo cotidiano en la barriada, desde aquel legendario fútbol de potrero, en los albores del amateurismo.
El surgimiento de los clubes, como Asociaciones Civiles sin fines de lucro, tiene un motivo, es que desde allí brindaron contención al vecindario e impulsaron el ejercicio de una democracia participativa en los mismos, para que los socios se convirtieran en los verdaderos protagonistas de su progreso, ellos fueron sin lugar a dudas, los auténticos pioneros y héroes de esta gesta, al acercar a fuerza de pulmón el deporte al pueblo, junto a las actividades culturales, mediante la creación de bibliotecas, grupos de teatro, talleres de música, escuelas de danza, etc. Es una cuestión importante a tener en cuenta, porque comenzaron a soplar fuertes vientos musicales en la sociedad, con esas agradables canciones que llegan a nuestros oídos, pero que al estar compuestas por dulces mentiras, nos terminan confundiendo. En estos momentos se nos presenta nuevamente y como siempre impulsado por su afán de codicia, el “espíritu del dinero”, aquel que todos conocen por su paso triunfal en el mundo, con esa huella imborrable que dejó en la historia de la humanidad, con sus ríos de sangre y esos campos en llamas. Pues ahora llegó el turno de transformar a los clubes, en sociedades anónimas, recuerdan el film “Luna de Avellaneda”, en donde quedó reflejada esta situación, cuando un tecnócrata iluminado intenta vender un emblemático club barrial, el “ Luna de Avellaneda”, porque atravesaba una crisis económica, proponiendo como única salida a este problema dar un golpe de timón, para construir allí un centro nocturno de azar o sea un casino. Esa propuesta fue finalmente aprobada y se convirtió en la solución elegida por la mayoría, luego de una reñida votación, nada más alejado de los ideales y de los fines de sus fundadores, pensar que esta película argentina fue estrenada en el año 2004, hace veinte años y reflejaba la crisis social y económica del 2001, podemos decir que ahora se convirtió en ¿Una premonición de los tiempos actuales?
Entonces que no nos vengan con cuentos a los que sabemos de historias, solo tenemos que mirar hacia atrás para comprender nuestro pasado; a no olvidar nuestras raíces y perder el rumbo, porque es tiempo de enarbolar bien alto las banderas barriales defendiendo nuestra identidad cultural y deportiva.
Jorge Luis Santiso
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