Linea Oeste

112° Aniversario del Barrio de Villa Luro

30/11/2023
112° Aniversario  del  Barrio de Villa Luro

El  1 de diciembre se festeja el “Día del Barrio de Villa Luro”, al hablar de esta celebración tenemos que recordar que la misma nació por iniciativa de la  Junta de Estudios Históricos de Villa Luro, en recordación de la inauguración un 1 de diciembre de 1911 del Apeadero Villa  Luro.  Esta precaria instalación ferroviaria  perteneciente al ex   Ferrocarril del Oeste (FCO) conocida como, El Cajón,  por sus características constructivas,  se encontraba  ubicado en el cruce de las vías, con las calles Cortina e Irigoyen.  Fue por medio de una solicitud, que al ser  presentada en la Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, se dio inicio  al expediente Nº 2373-D-2002  de esa manera surgió  la Ley Nº  949 que fue sancionada el 5 de diciembre del 2002 estableciendo esta fecha, como punto de referencia histórico.

Al propio tiempo para los hinchas velezanos, quienes  consideran  a las palabras barrio y club como sinónimos, esta jornada se convierte en  un doble festejo, porque ese mismo día el Club Atlético Vélez Sarsfield obtenía la Copa Intercontinental en Japón, al vencer por 2 a 0 al Milan de Italia, en el Estadio Nacional de Tokio,  esto aconteció un 1 de diciembre de 1994.

Villa Luro nació al lado de las vías del ferrocarril,  la aparición del tren incidió  en su proceso de formación, por lo tanto existe  un antes y un después de su llegada, una historia en común que comparte  con los otros barrios que integran  la Comuna 10. Con su arribo empezaron a llegar al lugar  sus futuros pobladores, quienes se instalaron con sus familias dispuestos a trabajar, en una zona rodeada de quintas, hornos de ladrillo, potreros, lagunas, pajonales y calles de tierra.

En 1929 el poeta Nicolás Olivari  escribió el  libro El Gato Escaldado,  del mismo surge la  poesía Canción Ditirámbica a Villa Luro,  antes de analizarla tenemos que ubicarnos allá lejos y hace tiempo en aquella década del veinte, a fin de comprender la descripción  que realiza sobre el barrio,  ya que nos dice:

“Villa Luro, transitando tus inéditos crepúsculos te asomaste entre banderas de remate que servirán de trapo para las revoluciones, mientras son tus chirolas de suburbio los milagrosos mil ladrillos que prometen las triquiñuelas de los rematadores”  o  Villa Luro: tanto barro como para moldear el mundo, y el verde  nilo  de tus pastos proletarios forma el  sendero que nuestros pasos pierden en el paréntesis de tus charcos”.

Asimismo  podemos recordar un artículo publicado por el diario La Nación un 2 de diciembre de 1911, tal vez el primer hecho policial en la historia barrial, pues  afirmaba en su encabezado lo siguiente: “UN MENOR AHOGADO – por salvar a una vaca”, posteriormente daba los detalles de lo sucedido expresando:

“A las 10 de la mañana de ayer ocurrió un lamentable accidente en un terreno baldío existente, en Gaona y Víctor  Hugo, jurisdicción de la Comisaría 40. En dicho terreno existe una laguna que tiene de 3 a 4 metros de profundidad, en la cual había caído una vaca que iba a ahogarse. Juan Morello, de 12 años, al ver que el animal iba a perecer, se internó en la laguna para salvarlo, cayendo entonces él  en el sitio donde había más profundidad.  Otros menores que vieron desaparecer a aquél hicieron esfuerzos para salvarlo, pero Morello no volvió más a flote de agua  hasta que fue extraído su cadáver por agentes de la comisaría 40. El animal se salvó por sí solo. El menor Morello era argentino y vivía con sus padres en la casa de la calle Araujo 463. La autoridad policial que comprobó el accidente, dio cuenta de lo sucedido al juez de instrucción en turno, Dr. Del Campillo”.

En los tiempos actuales a muchos seguramente les cueste creer en estas  historias, pero a principios del siglo veinte, Villa Luro era una mezcla de campo y  ciudad, luego llegaría el progreso, fruto  del esfuerzo cotidiano y solidario de los vecinos. Esto fue posible, gracias al acompañamiento de un medio de locomoción  muy popular, el ferrocarril,  un invento revolucionario que aceleró el crecimiento económico del mundo, al impulsar el comercio. Sin embargo en su momento  intentaron destruirlo, solo tenemos que recordar  algunos gobiernos, como el de Frondizi,  con su plan Larkin, a fin de reducir el déficit estatal y favorecer a la industria y el transporte automotriz  o el de Menem que en su afán por bajar el gasto público no dudaba en cerrar  ramales, estaciones o  suprimir  los servicios de pasajeros de larga distancia.

A  112 años de la apertura del Apeadero Villa Luro,  los villalurenses  recordamos con alegría este hecho histórico,  pues nos sentimos identificados con nuestra estación, un lugar de encuentro permanente para el vecindario, puesto que al transitar sus andenes nos vemos con quienes  llegan,  junto aquellos que parten, pero también  con esa gente que  detiene  su marcha por unos instantes, quizás para hablar de bueyes perdidos y  luego seguir su camino,  generando de esa  forma un movimiento lleno de vida, sobre esos rieles del oeste porteño.

En ese sentido nos sentimos orgullosos de llevar en nuestros corazones, a los talleres ferroviarios Liniers - Villa Luro  porque se convirtieron en una fuente de trabajo muy importante para la comunidad  y de igual modo  a  sus viejos ramales, los cuales fueron tan reales, que tuvieron su propio tiempo convirtiendo a la estación Villa Luro, en un importante nudo ferroviario. Todos ellos se encuentran fuera de circulación desde hace muchos años, producto del crecimiento demográfico de la ciudad y  el funcionamiento de otros medios de transporte.  Entre las vías férreas del pasado, podemos nombrar primero a la  que desde Villa Luro se dirigía al barrio de Versailles que estuvo en actividad desde 1911 a 1952 y después aquella que nos conducía a la  estación de Sáenz Peña, del Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico, bordeando  el límite de los barrios de Monte Castro y Villa Real  y que funcionó desde 1909 a 1938. Un tren de pasajeros inolvidable, es que hasta el escritor Alejandro Dolina lo recuerda en El Libro del Fantasma, pero con  humor,  visto que en uno de sus capítulos nos expresa: “Los narradores de historias han inventado muchas mentiras. Por culpa de ellos, la gente ha llegado a dudar de la existencia de cosas tan evidentes como  el Ángel Gris de Flores y –por otro lado- hay quienes creen en leyendas tan fantásticas como la del ferrocarril que corría entre Sáenz Peña y Villa Luro”.

También podemos agregar al ramal de carga que dejó de funcionar en 1951.  Aquel  legendario tren carguero que al llegar al barrio, se desviaba en cercanías de la calle Homero  continuando su marcha, por donde más tarde  se construyó la Avenida Perito Moreno (actual autopista) y desde allí seguía su  rumbo hasta la estación de Ingeniero Brian, a orillas del Riachuelo. A la altura de la avenida Juan B. Alberdi, sus vías pasaban muy cerca, de la casa donde nació y vivió Alberto Castillo,  el cantor de los cien barrios porteños, una leyenda del tango arrabalero, el que impuso su estilo durante la época de oro del tango, un querido hincha velezano,  que desde su niñez concurría a la vieja cancha de Vélez,  ubicada en la calle Basualdo 436  conocida popularmente como el Fortín de Villa Luro.  

En su  recorrido  atravesaba  diferentes barrios, entre ellos Nueva  Pompeya.  Su presencia  fue evocada por la poesía  tanguera de Homero Manzi, un vecino ilustre del lugar, quien amó a ese suburbio orillero y fue en la letra de Barrio de Tango  cuando en sus versos se encarnó esa pasión,  al expresar: “Un pedazo de barrio, allá en Pompeya, durmiéndose al costado del terraplén. Un farol balanceando en la barrera y el misterio de adiós que siembra el tren”, resulta claro que a su paso dejo una huella imborrable en la ciudad.

Afortunadamente comenzó en el  país, un proyecto para recuperar y modernizar el servicio ferroviario, luego de largas décadas de abandono,  finalmente el grito de la sociedad exclamando ¡Que vuelva el tren! se convirtió en realidad. Considerado el mejor medio de transporte para llevar mercancías pesadas, resulta al mismo tiempo  ideal para fomentar  el turismo social,  trasladar a la gente a sus lugares de trabajo o estudio, potenciar las economías regionales, mejorar la conectividad entre las ciudades del interior y  cuidar la salud de todos aquellos que habitan en  lugares inhóspitos,  recuerden al respecto a esos históricos vagones sanitarios. A todos estos beneficios tenemos que agregar  un dato muy interesante,  dado que es  el  medio de transporte que menos contamina y sus tarifas resultan totalmente accesibles  a la población.

En cuanto a eso tengamos presente que fue durante la primera presidencia de Perón, cuando  en la basílica de Luján se reunieron las autoridades nacionales,  eclesiásticas y provinciales para proclamar  como patrona de los ferrocarriles argentinos a la virgen de Luján, esto ocurrió un 24 de abril de 1948.  Con  la implementación de esta medida, su imagen comenzó a ser entronizada  en las estaciones ferroviarias, así pues, la iglesia empezaba  a dar señales de apoyo a la transformación social  que se vivía en esos momentos,  producto de la aplicación de una serie de medidas que mejoraban la calidad de vida de los trabajadores y sus familias. Estos acontecimientos  fueron el resultado de grandes cambios políticos que generaron esperanza en el pueblo, porque  al convertimos en un país sin deuda externa, nacía la independencia económica,  una herramienta  fundamental que fue utilizada  para poner en práctica  la justicia social  y  ejercer efectivamente  la soberanía política,  surgiendo de tal forma,  un nuevo proyecto de nación.

El  lugar donde vivimos tiene una identidad, que surge de nuestras acciones cotidianas y de ese vínculo que nos une con todos aquellos que nos precedieron,  la Ley Nº 949 representa con sus fundamentos, el sentimiento de un grupo de vecinos, que oportunamente se organizaron y peticionaron a las autoridades para lograr su sanción. Ese  fue el mecanismo elegido, para transmitir a las futuras generaciones  todas sus vivencias  y afianzar  el sentido de pertenencia al barrio de Villa Luro.

 

                                                                                               Jorge Luis Santiso

                                                    Integrante de la Asamblea Barrial de Villa Luro


 
 
 

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