En los primeros días de octubre se realizó una ceremonia religiosa a cargo del Arzobispo Jorge Ignacio García Cuerva, en la parroquia San Francisco Solano del barrio de Villa Luro, ubicada en la calle Zelada 4771, templo tristemente célebre, ya que en su puerta, el 11 de mayo de 1974, el Padre Carlos Mugica, con tan solo 43 años de edad, fue emboscado y asesinado a balazos cuando se disponía a subir a su automóvil Renault 4 azul, luego de haber celebrado misa.
Jorge Ignacio García Cuerva, asumió en su cargo este año, sucediendo al anterior Arzobispo Poli y pertenece a la línea pastoral de Francisco, es un cura villero con un extenso trabajo en barrios humildes como villa La Cava, entre otros y en sus declaraciones destaca la necesidad de terminar con la grieta en Argentina.
Al finalizar la misa, se procedió a entronizar en el templo la imagen del cura gaucho, “ Santo Cura Brochero ”, el sacerdote cordobés que se ordenó como tal en el año 1866 y se destacó por su entrega en la asistencia de los enfermos y moribundos de la epidemia de cólera que azotó a la ciudad de Córdoba y fue vicario del valle de Traslasierra, donde asumió como propias las necesidades de la gente y participó activamente construyendo iglesias y capillas, escuelas y caminos. En su vejez el padre Brochero enfermó de lepra como resultado de convivir con enfermos que padecían esa enfermedad, por esa razón quedó sordo y ciego antes de morir, en 1914.
El proceso de canonización se inició en la década de 1960. Brochero fue declarado venerable por el papa Juan Pablo II en 2004, beatificado en el año 2013 y finalmente canonizado el 16 de octubre de 2016, en una celebración presidida por el propio Papa Francisco.
Redacción Línea Oeste
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