Ni la justicia ni las autoridades han escuchado a los vecinos y comerciantes que se oponen a la obra del Metrobus Alberdi –Directorio, la misma  está bastante avanzada  y si bien no ha sido inaugurada ya trae muchos problemas,  al respecto consultamos  al ingeniero Carlos Paz, quien es vecino del barrio de Flores e integrante del Consejo Consultivo Comunal 7 sobre las dificultades que al día de hoy trae la obra para los automovilistas , comerciantes y  vecinos que viven sobre la traza del Metrobus Alberdi – Directorio y sus alrededores quien nos dijo “ Primeramente se debe partir de la premisa que las soluciones, sean las que sean, deben aplicarse o pensarse cuando existe un problema o situación complicada que debe resolverse, por lo tanto si no existe problema, no debe buscarse una innecesaria solución.

El término Metrobus, es una palabra que el Gobierno de la Ciudad  usa  a modo casi análogo como se hace en otros países,  en avenidas con  una conflictividad de tránsito donde conviven vehículos livianos, transporte público y hasta vehículos de carga liviana. El objetivo que se busca es dar una vía preferencial al transporte público, con el fin de agilizar su circulación, asegurar el ascenso y descenso de  pasajeros con las medidas de seguridad inherentes, también sirve para  desmotivar  el uso del vehículo particular.

Hay avenidas en la Ciudad de Buenos Aires  en las que  con la aplicación de esta modalidad,  se ha logrado agilizar el transporte público, logrando disminuir el tiempo del viaje, como en la  Av. Córdoba y en la  Av. 9 de Julio, no así en la Av. Garay, avenida de mano única y donde solo circulan 3 líneas de colectivos y un gran número de vehículos livianos.

En el caso de la obra del Metrobus Alberdi –Directorio,  carece de sentido común ya que no se evaluaron datos como la cantidad de líneas de colectivos que circulan concurrentemente  en la traza, la  cantidad  de pasajeros que utilizan las mismas, ni estimó la cantidad de autos particulares que circulan, las horas pico donde aparecen los conflictos, calles laterales, comercios en la zona, ancho de la avenida  y si es de doble mano o no. Esto demuestra que no se efectuó un correcto  estudio de impacto ambiental puesto el que se hizo contabilizó más líneas de colectivos de las que en realidad existen  y cronometró mal los tiempos de viaje y la cantidad de pasajeros.

En este caso no existían problemas de congestión de tránsito, son avenidas anchas en esa traza y  de una sola mano y además solo circulan 3 líneas de colectivos ellas son  180, 126 y 88. La zona tiene a su vez una zona comercial de gran movimiento que ameritó  en su momento el que se les  permita  estacionar en ambas manos a los clientes y a su vez la actividad de carga y descarga de productos voluminosos y pesados por ser del rubro de la construcción.

Puedo afirmar entonces que  el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires  aplicó una solución donde no  existía  un problema. Y por el contrario, al imponer una traza central de metrobus generó un verdadero problema  en las avenidas, pues generó un tapón o congestión de transito liviano el cual perdió  la agilidad de circulación que tenía”.

También los choferes de la línea 126  han manifestado a nuestro medio que “esta obra no es ventajosa para nada para el transporte público ya que no hay posibilidad de hacer sobrepaso y las tres líneas tendrán  que esperar que las otras líneas carguen pasajeros, algo que no existe en la actualidad”.

Redacción Línea Oeste