Quejas de los vecinos por el total estado de abandono del Espacio Cultural Marcó del Pont, ubicado en la calle Artigas 202 del barrio de Flores.

Como puede observarse en las fotografías el estado del escenario del patio exterior, de los toldos , de los baños, y de toda su infraestructura, es calamitoso y demuestra un total disinterés por parte de las autoridades de garantizar   el acceso a la cultura e los vecinos de la Ciudad de Buenos Aires. 

Los trabajadores también se quejan de la falta de herramientas de trabajo,  de elementos de seguridad laboral y ropa de trabajo.

Quienes hemos tenido la oportunidad de asistir a ver algún espectáculo, como fue el caso de los integrantes de esta redacción que fuimos en el verano pasado a escuchar un coro,  hemos podido comprobar la falta de personal también y el estado de deterioro de todo el edificio,  que por sus características históricas y arquitectónicas y sobre todo por el servicio que allí se presta , debería ser emblema de preservación y cuidados.

La Casa Marcó del Pont es una antigua quinta familiar, declarada Monumento Histórico Nacional.

Esta casona, representativa de la arquitectura italiana, cuenta con un escenario de 6x6 mts en el patio central, que posee una capacidad de 60 personas, por otro lado la sala cubierta tiene uno de 4x3mts con capacidad para 180 personas sentadas y 300 paradas. Además, dos de sus salas cubiertas son sede de muestras y exposiciones de artes visuales y plásticas.

En el año 1857, el barrio de Flores atravesó la construcción de las vías del Ferrocarril Oeste de Buenos Aires, que unió el Parque de la Artillería con la estación Floresta. Se convirtió en moda para las familias de la ciudad, que comenzaron a radicarse a la vera del Camino de Fierro, surgiendo así quintas rodeadas de grandes parques como la Casona Marcó del Pont.

En noviembre de 1860, los hermanos Antonino, Gregoria y María Marcó del Pont compraron los terrenos donde se asienta la Casona. Según algunos investigadores se construyó ese mismo año, otros consideran que existía una construcción antes de la llegada de los trenes. Lo cierto es que huyendo de la epidemia de fiebre amarilla que azotó a Buenos Aires en 1871, don Antonino Marcó del Pont, descendiente de una antigua familia catalana que había llegado a Buenos Aires a fines del siglo XVIII, instaló allí su residencia familiar permanente.

En la revolución de 1880 recibió numerosos heridos y fue convertida temporalmente como Hospital de Sangre y desde 1913, el atelier del pintor Ventura Marcó del Pont. Esta Casona, representativa de la arquitectura italiana es la única que ha sobrevivido casi intacta en Flores, ya que no hay ningún tipo de restricciones efectivas a la hora de demoler patrimonio histórico y arquitectónico  para construir edificios y beneficiar a las constructoras y al sector inmobiliario, en esta ciudad .

En sus salones solían reunirse José Marco del Pont, Enrique Peña, Bartolomé Mitre, Alejandro Rosa, Aurelio Prado y Rojas, Angel Carranza y otros invitados, quienes gestaron la junta Numismática Americana convertida posteriormente en la actual Academia Nacional de la Historia.

Su último morador, José Antonino Marco del Pont, vendió en 1929 la Casona al Ferrocarril Oeste.

En 1996 comienzan las obras de recuperación y en el año 2000, se abre al público como Casa de la Cultura Marcó del Pont.

Según la página del gobierno de la Ciudad sólo hay tres actividades grabado, escritura y tango y no se ve programado ningún espectáculo.

Mientras tanto los vecinos de la zona hemos sido testigos de la enorme cantidad de veces que la Plaza de Flores fue innecesariamente “arreglada”. 

Redacción Línea Oeste