?Que suerte que recuperamos los videos de Paka Paka para que puedan verlo nuestros niños y difundirlos sus maestros ! A los mayores- en cambio- de pequeños nos han llegado imágenes de San Martín de la revista Billiken, sobre su cruce de los Andes, por ejemplo sobre un caballo blanco. Hoy ya sabemos que lo hizo en burro y en mula porque los caballos no resistían las condiciones de la cordillera. Según parece nunca usó un caballo blanco, ni siquiera en el famoso combate de San Lorenzo.
 También nos enseñaron desde la escuela primaria a cantar el himno en su homenaje con palabras difíciles (Yerga el Ande su cumbre más alta, dé la mar el metal de su voz y entre cielos y nieves eternas se alza el trono del Libertador). Esa es la historia oficial, la que escribió Bartolomé Mitre, ensalzando la figura del gran libertador con relatos distorsionados o inventados cuando no constaban. Es que los hechos del pasado nos llegan a través de diferentes autores, testimonios y documentos, pero aunque hayan sido de una sola manera, siempre nos llegan en forma de interpretaciones subjetivas, personales y hasta deformadas según quién las intérprete.
Tal es el caso de sus orígenes. Todos sabemos si que nació en Yapeyú, en el actual territorio correntino, pero poco y nada se aclara sobre sus verdaderos padres. Hoy sabemos que el "padre de la patria" era medio indio, es decir
mestizo. Claro, ¿cómo se iba a reconocer que no era un criollo hijo de españoles el que luchó por la independencia de parte de América del Sur?

El historiador Hugo Chumbita expuso y demostró hace varios años con evidencias documentales sobre el origen y la vida de San Martín, que nos muestran una figura distinta a la tradicional. Las impresiones de sus contemporáneos coinciden en que era un hombre extremadamente reservado, una personalidad enigmática, que se llevó a la tumba muchos secretos.
Quienes lo trataron de cerca advirtieron su fisonomía de mestizo, como se lo ve en algunos retratos, aunque ello fue prolijamente disimulado en las estampas posteriores. Su aspecto físico era muy diferente al de sus padres "legales".Juan de San Martín y Gregoria Matorras, ambos blancos, de ojos azulados, mientras José  tenía un rostro más moreno y ojos negros, rasgados y penetrantes, además de ser más alto y fornido. Un biógrafo chileno contaba que los señores de la aristocracia de su país lo tenían por “un paraguayo, el ‘mulato San Martín’”. Los españoles, durante su campaña del Perú, lo llamaban despectivamente “el cholo de Misiones”. Otros datos acerca de su origen, provienen de sus propios dichos. Manuel de Olazábal, testigo presencial, narró la reunión de fines de 1816 en el campamento de El Plumerillo, cuando el general expuso a un grupo de caciques pehuenches el plan de cruzar los Andes, enfatizando el propósito de acabar con los godos que "les habían robado la tierra a sus antepasados", y les manifestó que él también era indio.
Entonces ¿quiénes fueron sus verdaderos padres?
 Una tradición popular difundida en la región de las antiguas Misiones jesuíticas, afirma que José de San Martín era hijo de una india guaraní, criada de la casa del teniente gobernador de Yapeyú. Viejos pobladores de la provincia de Corrientes aseveran que esa joven era Rosa Guarú , recordada en los libros como la niñera o nodriza que lo cuidó en sus primeros años, que vivió hasta muy anciana y cuyo testimonio fue definitorio para establecer cuáles eran las ruinas de la casa donde nació el Libertador. Entre los yapeyuanos se preservó el relato de que el capitán San Martín y su señora se llevaron al niño con la promesa de volver a buscar a Rosa, algo que nunca cumplieron. Esta versión coincide y se completa con otra transmitida hasta hoy según los testimonios que recogió Chumbita, en el seno de varias ramas de la familia Alvear, por la que el padre biológico del niño fue el oficial de marina Diego de Alvear y Ponce de León, quien recorrió en esos años en comisiones oficiales toda la región misionera y debió hospedarse en casa del teniente gobernador de Yapeyú . De manera que Carlos de Alvear, hijo de su posterior matrimonio con una dama porteña, venía a ser medio hermano de José. Una prueba de esta tradición son las memorias manuscritas de una hija de Carlos, doña Joaquina de Alvear de Arrotea, fechadas en 1887, en las que asentó que San Martín era hijo natural de su abuelo y de una indígena correntina. Toda esta historia indicaría  que la "agonía interior"; de San Martín, la condición de desclasado y el problemático ocultamiento de su filiación, que lo afligieron desde joven, están en la raíz de los padecimientos psicosomáticos que llegaron a postrarlo durante sus campañas militares, cuando tuvo que luchar también contra sí mismo y sus enfermedades.(malestares estomacales con vómitos de sangre, reuma y gota que combatía con opio y laúdano).
Aunque la formación intelectual de San Martín era la de un europeo iluminista, era sin embargo un general a la europea que proclamaba ser ante todo "del
partido americano” y había venido de un continente donde vivió  20 años y sirvió militarmente antes de regresar con la certeza de pertenecer entrañablemente a esta tierra, engendrado por un conquistador en su madre aborigen que obró como un mandato para compenetrarse con su gente. Las proclamas en quichua que San Martín y O'Higgins dirigieron a las comunidades peruanas los convocaban a sumarse a la causa con un mensaje de solidaridad indoamericana, que tuvo respuesta luego en las guerrillas de indios y mestizos y son pruebas contundentes de su compromiso – más que con su patria- con un ideal latinoamericano de liberación total del conquistador español.
Preservar el pasado nos da identidad y memoria y es la mejor herramienta para formar e informar a las nuevas generaciones en los valores de libertad e igualdad.
Ana María Salvador
 Fuente: Hugo Chumbita, autor de “Hijos del país” y “El secreto de Yapeyú”