La Asociación de Fileteadoreshomenajeó con un mural al reconocido fileteador de Mataderos “Memo” Caviglia recientemente fallecido.  La imagen, pintada el pasado 15 de febrero, se encuentra junto a su taller de Timoteo Gordillo 2480 y Av. de los Corrales en Mataderos, el barrio donde el artista nació y realizó numerosos trabajos a lo largo de su vida. 

Fernando Caviglia falleció el 1º de enero a los 47 años y fue un duro golpe para la comunidad de fileteadores ya que el artista impulsó muchísimo esa actividad. Memo estudió en Bellas Artes en el Colegio Nacional Fernando Fader,  su maestro fue Manolo Freitas, quien desde 1989 le enseñó a trabajar la técnica del filete tradicional en camiones de frigoríficos, lo que le permitió continuar  la costumbre de plasmar este arte pictórico en los carros que transportaban alimentos. 

En 1997 expuso su trabajo  en el Centro Cultural Ricardo Rojas. Un año después comenzó a trabajar junto al restaurador de carruajes Carlos Collucci.
Fue Presidente y miembro fundador de la A.F y en 2001 erigió la agrupación de artistas HumanizArte. También fue director de la Revista Fileteadores y  uno de los artistas que impulsó la apertura de la Sala Permanente del Filete Porteño en el Museo de la Ciudad.

Retrató íconos religiosos, populares y palabras como un trabajo artesanal que se resistió y no pereció ante la estandarización. Pintó en carros, camiones, cuadros, instrumentos, heladeras y cascos de motocicletas. Su arte llegó a países como Italia, España, México y Paraguay. Muchos de sus trabajos obtuvieron premios en desfiles y exposiciones de los centros tradicionalistas de Provincia de Buenos Aires.

La A. F. existe desde el 21 de julio del 2012 y tiene su sede en el barrio porteño de San Telmo, en Estados Unidos 794. Reúne a los maestros del filete porteño y junto a ellos realiza exposiciones, talleres y seminarios abiertos al público en general. 
El año pasado la Legislatura de la Ciudad entregó una distinción a la A. F en reconocimiento a su actividad para la divulgación de ese estilo artístico, declarándola de interés cultural. 

El fileteado, esencialmente asociado a la cultura popular; la identidad porteña; el lunfardo  y la iconografía tanguera, se forjó a los márgenes de la academia, de ahí la importancia de los maestros a la hora de la transmisión del oficio de esta práctica a la vez tradicional y vital. 

En 1975 una resolución había prohibido el fileteado de la carrocería de los colectivos en la Ciudad lo cual hizo peligrar la continuidad del filete. Pese a todo, sobrevivió y en 2015 fue declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO (La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura). 

Redacción Línea Oeste