"Este es un triunfo de todos los argentinos", así lo expresó la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, tras conocer el resultado del análisis de ADN que demostró que Ignacio Hurban, según el nombre que le dieron sus apropiadores, es su nieto Guido, quien nació en cautiverio, hijo de Laura Carlotto, secuestrada y asesinada en 1977 por la dictadura militar, esta joven, estudiante de Historia de la Universidad Nacional de La Plata militaba en la Juventud Universitaria Peronista (JUP), brazo estudiantil de la organización Montoneros.

Recordemos que la apropiación de menores durante la dictadura militar instaurada en 1976, fue parte del método de eliminación masiva de opositores, considerado judicialmente un genocidio, en el que    los  hijos de las detenidos-desaparecidos fueron tratados por las fuerzas represivas como "botín de guerra", por lo cual se planificó detalladamente, incluso por escrito, un sistema de detención de embarazadas, partos clandestinos, falsificación de identidades y simulación de adopciones, así 500 niños fueron privados de su identidad y entregados a otras familias.

Laura, según testimonios de sobrevivientes, fue mantenida con vida en el centro clandestino de detención La Cacha, en La Plata, hasta dar a luz en el Hospital Militar de Buenos Aires el 26 de junio de 1978, luego fue asesinada y se le dijo a sus padres que había muerto en un “enfrentamiento”, desde entonces Estela ha buscado a su nieto, conviertiéndose ella y la institución que preside en un referente nacional e internacional de los Derechos Humanos hasta el día de hoy las Abuelas de Plaza de Mayo han recuperado la identidad de 114 nietos, han sido nominadas en cinco ocasiones al Premio Nobel de la Paz y  el 14 de septiembre de 2011 recibieron el premio Félix Houphouët-Boigny, otorgado por la Unesco, por su trabajo en materia de Derechos Humanos.