Al mencionar el título de este artículo, nos viene inmediatamente la imagen de las torres gemelas construidas por el Hogar Obrero, el comienzo de las obras con su posterior inauguración primero el Supercoop en 1980 y luego las viviendas en 1981 (un total de 180 departamentos, con cocheras, salón de reuniones, locales) ubicadas en la Avenida Rivadavia 9840 al 9862 con una entrada de vehículos por la calle Escalada 54. Las mismas llevan el nombre del dirigente cooperativista Juan José Díaz Arana, en homenaje a quien fuera presidente del Centro de Estudios Cooperativos en la década del veinte, quien además se desempeñó como vicepresidente e integrante del Directorio de la Federación Argentina de Cooperativas de Consumo. También aparece en la memoria colectiva, el plan económico Bonex, aplicado a principios de la década del noventa durante el neoliberalismo por el gobierno de Menem (aquel político riojano que predicaba los valores de la “Economía Popular de Mercado” desde el ciclo televisivo “Tiempo Nuevo” un formador de opinión política de la época) con su ministro de economía Antonio Erman González , por el cual el dinero depositado a plazos fijos se transformó en títulos públicos, a pagar en diez años, una medida que los analistas en el tema considera- ron como una confiscación, una vez implementado terminaría impac- tando en forma directa en el Hogar Obrero, con la corrida de los ahorristas para recuperar su dinero, la falta de liquidez con la pérdida del 70 % de su capital accionario, el posterior concurso preventivo de acreedores y una situación financiera que generó la peor crisis en toda su historia, tal vez como un anticipo de lo que sucedería mas tarde en el país, pues la expansión de la onda destructiva alcanzaría al resto de la sociedad, al ser instalada en ella la fantasía de la “ revolución productiva”, comenzarían de inmediato las privatizaciones, acompañadas lógicamente por las pérdidas de fuentes de trabajo, tiempos en donde achicar el estado significaba agrandar la nación, siendo perjudicado con ello los sectores populares, un terrible ajuste a favor del mercado, que terminaría afectando hasta a la misma “Doña Rosa” (el recordado personaje creado por los medios de comunicación).
A posteriori y luego de largas intervenciones judiciales la Cooperativa fue devuelta finalmente a sus asociados, un hecho que representa su renacimiento, dedicándose desde de ese momento y como en sus orígenes a la construcción de viviendas, en silencio, comenzando con el barrio Cooperativo El Hogar Obrero en Paso del Rey, iniciado en el año 2009, un complejo de siete edificios, los cuales llevan los nombres de cada uno de los siete colores que integran la bandera internacional del cooperativismo, aquella que representa en forma simbólica la policromía de los colores del arco iris, en el partido de Moreno, provincia de Buenos Aires.
Este es el recuerdo reciente, el mas fresco, pero la historia el gran testigo de los tiempos nos dice que la presencia del Hogar Obrero en Villa Luro, se remonta a principios del siglo veinte. Fue un 10 de octubre de 1898 cuando el Dr. Juan B. Justo fundaba la Cooperativa Obrera de Consumos, bajo los principios rochdaleanos (un 24 de octubre de 1844 en la ciudad de Rochdale - condado de Lancashire– Inglaterra, es cuando un grupo de 28 tejedores desocupados deciden constituir la Rochdale Society of Equitable Pioneers “Sociedad Equitativa de los Pioneros de Rochdale” como una herramienta de lucha para enfrentar al modelo inspirado en los principios del lucro individualista generado a partir de la explotación laboral asociada al desempleo, elementos propios del liberalismo económico que el sistema capitalista se encargaba de expandir globalmente , influenciados por las ideas del socialista utópico Robert Owen (1771-1858) considerado el precursor de las cooperativas de consumo y producción y bajo la consigna de la solidaridad unida al bien común se convierten en la semilla de un movimiento que se extiende por el mundo, podrían mencionarse a manera ilustrativa muchos ejemplos: entre ellos y en nuestro país la “Cooperativa Popular de Electricidad de Santa Rosa” (la cual comenzó con la famosa usina de las trilladoras en 1935) en la provincia de La Pampa, o la “Cooperativa Obrera de Bahía Blanca”(surgida de la cooperativa panadera de 1920) etc. Los Pioneros de Rochdale actuaron en base a uno de los principios del cooperativismo “un hombre, un voto” elemento fundamental en el control y la administración democrática de la misma, de tal manera comienzan a construir un sendero en donde adquieren forma sus proyectos, al principio con un almacén cooperativo y mas tarde con la construcción de casas) la cooperativa fundada por Justo buscaba defender desde la producción hasta la compra de artículos de consumo, la misma se disuelve en el año 1902 debido a la poca participación popular lo que generaba problemas en su funcionamiento, pero sirvió de experiencia para la creación tres años mas tarde de la Cooperativa el Hogar Obrero, eso sucedió un 30 de julio de 1905
Los impulsores de su creación fueron los dirigentes socialistas Juan B. Justo y Nicolás Repetto junto a Enrique Dickman, Angel Giménez y otros 15 militantes de ese partido, luego se sumaron treinta más y bajo el lema “la cooperación libre es la solidaridad por hacer” los mismos sesionaron en una asamblea en donde eligieron a su directorio el cual quedó integrado por Juan B.Justo, Nicolás Repetto, Enrique Dickman, Francisco U. Atencio, Domingo de Armas, Juan B. Petralli, y Ángel J. Hermida, en pocas semanas los asociados superaban los 200 y luego de tres años ascendieron a 650. El Hogar Obrero nació como cooperativa de vivienda según sus estatutos, el objetivo consistía en dar crédito a sus asociados para la adquisición de sus viviendas y para otros fines establecidos por los reglamentos de la sociedad, también podían hacer construcciones para alquilar. A un año de su fundación debió enfrentar la ley de patentes que fijaba a las cooperativas el pago de una onerosa patente anual, de la misma forma que las sociedades anónimas por acciones, con la intervención del legislador Alfredo Palacios en 1907 se logró que las cooperativas fueran excluidas de esta reglamentación, eso impulsó a gestionar la personería jurídica, de esa manera a la cooperativa el Hogar Obrero, se le asignó el Nº 1 en el registro Nacional de Cooperativas.
A partir del 1 de Octubre de 1913 la cooperativa amplió sus servicios cuando comienzan las ventas en el primer almacén cooperativo, convencidos de que en la cooperación libre esta la defensa del consumidor, inauguraban su sede en un local comercial ubicado en el cruce de las calles Martín Garcia y Bolivar, en la planta baja de la primera casa colectiva construida por la cooperativa, luego comienza un proceso de expansión que la lleva a convertirse en la década del ochenta en la sexta empresa de servicios del país con más de 1.300.000 asociados, trescientas sucursales y generando trabajo para más de 10.000 empleados.
L a inmigración masiva a comienzos del siglo veinte en el país, junto a la falta de viviendas, generó una situación muy difícil para los trabajadores, pues muchos de estos inmigrantes terminaban viviendo en los conventillos, los cuales se podían definir como la vida en una pieza en una comunidad de piezas, gran parte de ellos sin baños, con pésimas condiciones higiénicas, en donde el frío se combatía con el calentador Primus a kerosene y el brasero a leña o carbón, frente a esta injusticia social nacía el Hogar Obrero, que desde sus comienzos se dedicó a dar vivienda digna a sus asociados.
Nuestro barrio fue testigo de ello, l as primeras cuatro casas construidas por el Hogar Obrero fueron en Villa Luro ,en ese momento una zona semirural, marcando de esa manera la presencia de la cooperativa en los comienzos de la formación del barrio, mucho antes de la creación de la primitiva estación del ferrocarril, el apeadero Villa Luro (1-12-1911). Apartir de la compra en un remate del Banco Provincia , de cuatro lotes, los cuales se encontraban ubicados en la calle Escalada, entre la Avenida Rivadavia y la calle Unión ( por medio de una ordenanza del 16-11- 1909 cambió su nombre por Ramón L .Falcón),los mismos sumaban una superficie de 900 m2, fue en una sesión de la cooperativa del 20 de junio de 1907 que el Directorio de la misma informa sobre este hecho (la primera adquisición ) firmándose el contrato pertinente para la construcción de las casas en los citados terrenos , correspondiente a la numeración 42, 48, 54 y 64 de la calle Escalada.
En lo que respecta a la construcción de las viviendas fue encargada al maestro albañil Vicente Oliveros con la consideración que las mismas tendrían pozo “de bomba y no de brocal” fueron cuatro casas tipo chorizo, con sus habitaciones abiertas a galerías orientadas hacia el norte, un jardín delantero las aislaba de la calle y las elevaba mediante uno o varios escalones de la misma , este tipo de vivienda era muy común en la región del Rio de la Plata , la tecnología utilizada fue la tradicional para la época muros de mampostería portante, cubiertas metálicas livianas con tirantes de madera y carpinterías de madera y vidrio, según los planos parecería indicar que en las cocinas se utilizaron fogones de leña con campana de obra, datos que surgen del libro el Hogar Obrero un Siglo de Vivienda Cooperativa de Renée Dunowicz y Fernando Villaveirán.
A fines de 1907 se terminan de construir tres de ellas con 2 dormitorios y una de tres y rápidamente son vendidas a los primeros asociados compradores, entre ellos estuvieron los dirigentes socialistas Enrique Dickman (1874-1955) médico, legislador, impulsor de proyectos de ley como la jornada laboral de ocho horas y el sábado inglés, (finalización de la jornada laboral a mitad del sábado), escritor y director del diario socialista La Vanguardia, uno de los fundadores del centro socialista de estudios y de la sociedad luz “la primera universidad popular”, y Fenia Chertkoff (1869-1927) docente, escultora, fundadora del Centro Socialista Femenino de Buenos Aires desde donde realizó campañas por e l sufragio femenino, igualdad de derechos civiles y jurídicos entre hombres y mujeres, el divorcio, la supresión de la discriminación de “los hijos naturales”, la educación laica, también participó en la fundación de la asociación de bibliotecas y recreos infantiles, al respecto sostenía lo siguiente: “hay que dar infancia a los niños proletarios”, impulsó también la organización gremial de las trabajadoras en diferentes rubros. En la actualidad quedan pocos rastros visibles de las construcciones originales, debido a las sucesivas reformas de las mismas, solamente en dos lotes queda algo pero prácticamente irreconocible, en lo que respecta al lote de Escalada 54 se convirtió en la entrada de vehículos al edificio Juan José Díaz Arana, donde funcionaba el Supercoop.
El espacio físico que ocupan esos cuatro lotes mas el edificio Juan José Diaz Arana son de gran importancia para el barrio de Villa Luro, pues representan un sitio de interés histórico en la ciudad, es que los mismos simbolizan el inicio de la vivienda cooperativa, su desarrollo y evolución en el tiempo, un proyecto que luego se extendería a otros lugares, con la construcción de casas en Ramos Mejía, luego en Turdera, pasando posteriormente a la inauguración de la primera casa colectiva, lo cual ocurrió un día 9 de julio de 1913, al edificarse un edificio de 7 plantas: sótano, planta baja ,entrepiso y cuatro pisos altos integrado por 32 departamentos de dos y tres ambientes en la calle Bolivar y Martín García, las obras continuaron en forma constante durante el siglo veinte, alcanzando con ello los objetivos de la cooperativa en dar solución a la vivienda popular, marcando con su accionar cotidiano un largo camino que dejó una huella, así fueron los primeros tiempos del Hogar Obrero, en su búsqueda por mejorar la calidad de vida de los trabajadores.
Jorge Luis Santiso
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