Muchas somos mamás de varones, esposas de un hombre, tuvimos un padre y abuelos que padecieron trombofilia sin saberlo y fallecieron a edad temprana.

Si una mujer tiene un hijo/a con un hombre que padece trombofilia, ese hijo/a puede heredarlo y si es mujer tendrá un embarazo sin saber que la padece.

No se trata de una cuestión de género, se trata de un proyecto correcto y viable que contemple la detección de personas en riesgo a padecer trombofilia. (Asociación Civil Trombofilia y Embarazo Argentina)

Desde el espacio Salud CABA de la organización política La Cámpora y con la participación de mujeres integrantes del Colectivo por la Ley de Trombofilia, se realizó una charla virtual sorora el martes 29 de junio pasado, en la que participaron Ianina Lis Castro, coordinadora de este Colectivo y presidenta  de la Asociación Civil Colectiva Matriactiva, además de varias mujeres integrantes del mismo que contaron sus luchas, experiencias y logros frente al deseo de maternar y chocarse muchas veces con impedimentos de salud, más trabas burocráticas y/o resistencias de sus obras sociales para acompañarlas.

¿Qué es la trombofilia? Es un trastorno  heredado o adquirido en la coagulación de la sangre que hace que las personas que la padecen, hombres y mujeres, coagulen demás siendo propensas a padecer una trombosis. Según la OMS una de cada cuatro personas muere en el mundo a causa de un ACV, una trombosis pulmonar o un infarto de miocardio en menores de 50 años.

Durante el embarazo produce abortos recurrentes, muerte intrauterina, desprendimientos de placenta, retardo del crecimiento fetal, preeclampsia y partos prematuros que, muchos de ellos no logran sobrevivir.

Actualmente por protocolo médico una mujer debe pasar por tres pérdidas de embarazos o abortos recurrentes para que sea estudiada por Trombofilia y así llegar a su diagnóstico y con él al tratamiento adecuado para lograr un embarazo a término. Una mujer sin un diagnóstico precoz está condenada a perder su embarazo.

Este encuentro de mujeres estuvo movilizado por los testimonios de algunas de ellas que debieron pasar por esta situación para poder maternar como: acudir a la Ley de Fertilización Asistida de 2013, con limitaciones y tratamientos muy costosos en centros de fertilización, ayuda psicológica, mitos de profesionales poco empáticos y hasta amparos judiciales.

Ianina Lis Castro escribió para esos días una nota en Telam, de la que puede resaltarse el siguiente párrafo: “Corría 2016 cuando la minoría que representamos las mujeres con trombofilia festejamos la conquista de este derecho (Ley de Trombofilia votada por unanimidad en ambas Cámaras Legislativas), sin embargo, en la noche del 23 de diciembre de ese mismo año, y desde su quinta Los Abrojos, el ex presidente Mauricio Macri la vetó. Lejos de rendirnos, nos organizamos. Así, las que ya habíamos puesto el cuerpo nos convertimos en una sujeta colectiva y recorrimos los pasillos del Congreso buscando apoyo para presentar nuevamente una ley. Fueron años duros ya que el veto de Macri envalentonó a las obras sociales y a las empresas de medicina prepaga que negaron sistemáticamente el acceso al diagnóstico. De esta manera, se multiplicaron los casos de mujeres en las que ya no bastaban las tres pérdidas para que se cubriera el análisis de trombofilia. Porque el gobierno de los Ceos también legisla o veta en base a los intereses de sus socios, y la evaluación de las ganancias llevaba impresa la variable de ajuste más dolorosa: el cuerpo de las mujeres. Paradójicamente, los mismos que habían vetado la Ley de Trombofilia en 2016, salían en 2018 a decir "salvemos las dos vidas" sacudiendo un pañuelo celeste, mensaje que nosotras leíamos como: "gobernamos sus cuerpos, quieran o no maternar".

La esperanza de estas mujeres ya organizadas en un Colectivo volvió a nacer cuando se votó la  Ley de Mil Días impulsada por el presidente Alberto Fernández que en su artículo 23 habla de la mujer gestante con trombofilia y su asistencia, es decir, de una mujer que ya pasó al menos por tres pérdidas de embarazos hasta tener su diagnóstico. Sin embargo, para quienes piden una ley específica, consideran que este artículo no introduce nada nuevo ni soluciona ninguna situación de crueldad e injusticia por la que debe pasar toda mujer que padece Trombofilia, por falta de un diagnóstico precoz.

También habla del diagnóstico por antecedentes obstétricos (pérdidas de embarazos) y antecedentes no obstétricos (antecedentes clínicos) como una trombosis. Es decir que nuevamente se repite lo establecido en el protocolo médico actual tanto para acceder al diagnóstico como para acceder al tratamiento.

Si bien lo urgente hoy es enfrentar la pandemia y acentuar la campaña de vacunación, lo importante también debe ser contemplar otras patologías que con un diagnóstico oportuno a través de la indagación médica y tratamientos preventivos adecuados, pueda prevenir la trombosis en hombres y mujeres para evitar pérdidas de embarazos en pacientes en riesgo, además de la necesaria cobertura médica de Obras sociales, prepagas y salud pública.

Termina la nota de Ianina Lis Castro: “Hoy, en junio de 2021, esta ley todavía está en la etapa de reglamentación porque las decisiones políticas de gobernar para garantizar derechos también generan resistencias. Pero si hay algo que la pandemia pudo dimensionar, es que es el Estado el que sale a darle respuestas al pueblo cuando el sistema de salud privado no puede o no quiere darlas. La política pública, la rectoría de un Estado en clave de equidad y la organización popular son los pilares sobre los que hoy nuestros cuerpos se levantan para que nunca más sean el campo de batalla de las variables de ajuste de un sistema patriarcal.”

Una verdadera política pública debe incluir a TODOS y TODAS en una ley que contemple las necesidades de atención sanitaria para quienes ser madres y padres forma parte de su proyecto de vida y familia.

Para mayor información: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/diagnostico-tratamiento-trombofilias-mujeres-edad-fertil.pdf

Prof. Ana María Salvador